Es conocido el esfuerzo económico de quienes practican el ciclismo como deporte para poder implementar accesorios que optimicen el desempeño de su medio de transporte e instrumento de competición, por esta misma razón los amigos de lo ajeno han buscado distintos modus operandi para distraer a sus víctimas y reducir lo sustraído. Pareciera que la frecuencia con que se da el robo de estas bicicletas aumenta, a medida que se conocen más casos en redes sociales.