No solamente se trata de una garantía para la estabilidad económica del club -considerando no sólo el aumento de los costos que esto generará sino también los sueldos y los contratos que comenzarían a regir una vez abandonado el amateurismo-, sino también otra suma millonaria por concepto de inscripción a la segunda división. De no cumplir, una desafiliación automática espera al club.
¿Qué se está haciendo para poder llegar a la cifra que demandan los actuales organismos?, ¿algún día estos requisitos que terminan definiendo algo ganado en la cancha podrán finalizar?