Podrá sonar muy “de generaciones anteriores”, pero con la irrupción de las tecnologías, pantallas portátiles y las redes de comunicación social masivas, no es extraño ver al grupo de gente en la mesa más pendiente de sus teléfonos que de la gente que está a su lado: tanto en círculos de amigos como en la propia familia.
Los niños parecen haber perdido la iniciativa y la creatividad ante el sobreestímulo que les entrega Internet en la palma de la mano, haciéndoles necesitar un exceso de información que termina por ser innecesaria. ¿Realmente necesitan los menores de 4 años un teléfono o una tablet para entretenerse, pese a que pueda parecer la “solución más fácil”?
Y es que también se ha demostrado que una persona que come frente a la pantalla, no sólo tiende a sobrealimentarse o no digerir correctamente: sencillamente no recuerda cómo fue lo que comió en aquel almuerzo, desayuno o cena- las pocas instancias de reunión familiar.
Junto al sicólogo Fernando Guajardo y los nutricionistas Miguel Yáñez y Rolando Berardi analizamos los problemas de comunicación existentes hoy en día, los problemas de salud que pueden ocurrir producto de la sobreexposición a la pantalla, y cómo poder enfrentar las ofuscaciones de los actuales nativos digitales.