Al hablar de “sexualidad responsable”, la asociación inmediata apunta hacia los jóvenes y el uso de preservativos durante el acto. Los adultos no están ajenos a esto, y es que exámenes muy comunes, inevitablemente incómodos pero que pueden detectar de manera temprana alguna enfermedad, también forman parte de ello.
Parte de nuestras funciones sexuales también se unen al sistema excretor cuya musculatura debe estar lo suficientemente firme para evitar casos como la incontinencia urinaria o un insatisfactorio desempeño, y que también forman parte de nuestra “sexualidad saludable”.