Empezó como una inquietud por la cultura mapuche y sus expresiones en telares, y tras unos talleres municipales donde se conocieron un grupo de mujeres, decidieron investigar por algún proyecto que ayudara con fondos para emprendimientos con lanas.
Buscaba empezar como algo humilde, sin darse cuenta que los proyectos a los cuales postularon se ejecutaban por varios años y que también incluían clases de administración, por lo que terminó convirtiéndose en una cooperativa que, hoy, emplazada en Millahue, ha mostrado una buena parte de sus trabajos hacia la región y el país.