El caso del asesinato de Tomás Acevedo Olea ocurrido en San Vicente de Tagua Tagua, zona caracterizada por su tranquilidad y calidad de vida, no sólo ha conmocionado a todos los vecinos de esta y alrededores, sino del país entero que se ha hecho eco de sus detalles a través de redes sociales y medios de comunicación.
Si bien casos como este no son necesariamente nuevos en la comuna -y por los cuales la comunidad aún pide justicia-, lo inédito de la premeditación y de sus autores genera un temor que une a la comunidad, entre rumores y exceso de informaciones innecesarias que se divulgan con facilidad.
Existe una alerta entre los padres, algunos de ellos llamando a una protección probablemente desmedida, otros integrándose a las redes sociales -que son las actuales plazas públicas de esta generación de nativos digitales- donde también se da pie a consignas que sólo pueden entorpecer la investigación. Si bien las características del caso de Tomás son puntuales, retomar los contactos entre vecinos para ser partícipes de la vigilancia del sector es una de las formas de evitar que actos delictuales se ejecuten con mayor facilidad o frecuencia en barrios residenciales.
El llamado a la comunidad es a la calma, a una mayor organización entre vecinos, a no sustraerse de las redes sociales y participar de ellas responsablemente para conocer el quehacer de los hijos, y no fomentar las informaciones mal intencionadas que no contribuyan a la investigación.
Para esto conversamos con la coordinadora del Centro de Apoyo a Víctimas de la Delincuencia de Rancagua, Carla Pérez, y la Coordinadora Regional de Seguridad Pública, Macarena Matas.