Los inicios de la pandemia y el obligado encierro perjudicó a los adultos mayores, quienes ante la sobreinformación en torno al COVID, lo riesgoso de un contagio para ellos, la pérdida de seres queridos y la sensación de delincuencia los mantuvo en total alerta y miedo. Para los escolares la pérdida de sus rutinas sociales diarias y la interrupción del aprendizaje los llevó a retornar con muchas inseguridades, baja tolerancia a la frustración e incluso violencia.