Nadie está preparado para la muerte de un ser querido. Si bien hay ocasiones donde una enfermedad puede preparar a la persona para vivir el desenlace, los fallecimientos repentinos producto de algún accidente agravan el malestar.
En el estudio contamos con los testimonios de mujeres que han perdido a seres queridos por estas dos razones respectivamente. Sonia perdió a su esposo hace tres años producto de una enfermedad, las cenizas de sus restos son las que la hacen sentir acompañada además de su familia y nietos que van a ver al “tata”. El caso de Sandra proviene de una tragedia automovilística donde su hija de 27 años falleció.