El Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia ha implementado la iniciativa “Caja de memoria” para preservar la historia familiar de niños y niñas adoptados. Este proyecto busca fortalecer el vínculo con sus orígenes y ofrecer apoyo emocional tanto a las familias adoptivas como a las madres biológicas.
Yesenia y Fabián, un matrimonio de la región de O’Higgins, fueron los primeros en recibir esta caja, que contiene elementos significativos como una fotografía del niño con su madre biológica y una carta en la que ella expresa los motivos de su decisión. Por su parte, las madres biológicas también reciben una caja con objetos como huellas del bebé y un peluche tejido, que simboliza la conexión emocional con su hijo.
Según Carolina Espinoza, directora regional (S) del Servicio de Protección, esta herramienta respalda el derecho de los niños a conocer su historia y facilita a las familias adoptivas trabajar aspectos emocionales. Además, ofrece a las madres biológicas un recurso tangible para procesar el duelo por la separación.
Desde 2021, el programa que acompaña esta iniciativa ha atendido a 33 familias en la región, logrando que la mitad de ellas continúe con la crianza de sus hijos.
Un elemento distintivo de las cajas es el “amigurumi”, un peluche tejido por el Taller Millaré de personas mayores en Marchigüe. Este detalle representa un compromiso intergeneracional y simboliza el vínculo entre el niño y su madre biológica. Según Fabiola Maldonado, presidenta del taller, estas figuras tienen el propósito de unir a las familias en un eventual reencuentro.
Karin Ortiz, coordinadora regional de SENAMA, destacó que este trabajo fomenta la participación activa de personas mayores en proyectos significativos, mientras que la Seremi de Desarrollo Social y Familia, Nayadeth Ahumada, subrayó que las cajas de memoria garantizan el derecho de las personas adoptadas a conocer su origen, un proceso que actualmente cuenta con más de 500 solicitudes a nivel nacional.