Como medida preventiva ante posibles crecidas de ríos durante el periodo de lluvias, la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas instruyó a todas las organizaciones de usuarios de aguas de la región de O’Higgins a cerrar sus bocatomas y retirar elementos que puedan obstaculizar el libre escurrimiento en cauces naturales.
La medida, que estará vigente hasta el 15 de septiembre de 2025, aplica a Juntas de Vigilancia, Asociaciones de Canalistas, Comunidades de Aguas y usuarios con captaciones en cauces naturales. Su propósito es reducir el riesgo de desbordes que afecten a la población y a la infraestructura cercana a ríos y canales.
Además, se dispuso que quienes cuenten con captaciones rústicas deberán adecuarlas para permitir el paso del exceso de agua de manera segura y sin afectar a terceros, especialmente en zonas pobladas, caminos u obras cercanas.
La instrucción también alcanza a los administradores de tranques y embalses, quienes deberán adoptar todas las medidas necesarias para evitar riesgos derivados del exceso de agua almacenada.
De forma excepcional, se permitirá operar canales destinados a consumo humano, generación eléctrica, cultivos de invierno o recarga de acuíferos, siempre que se cumplan condiciones técnicas específicas, como buen estado de mantenimiento, dispositivos de control y personal capacitado, además de un plan de acción ante crecidas. Estas situaciones deben ser informadas previamente a la DGA y a las autoridades locales.
La normativa exige que las organizaciones de usuarios informen a la DGA los datos de contacto del responsable del manejo de las compuertas. El incumplimiento puede acarrear multas que van desde las 51 a las 500 UTM, es decir, entre 3,5 y 34 millones de pesos, además de eventuales acciones legales.